Ácido Hialuronico, Botóx “Toxina Botulínica”
Hay
varias técnicas que permiten en la actualidad atenuar y frenar la profundidad
de las arrugas. En el tercio superior del rostro es muy común tener las famosas “arrugas
de expresión”, que son un tipo de línea “dinámica”, esto quiere decir
que se forman por la contracción muscular repetida a lo largo de los años lo
cual va dañando la piel en forma constante formando líneas sobre la superficie
de ésta.
Para
las arrugas “dinámicas”, lo más efectivo es el uso de toxina botulínica,
la cual relaja el músculo evitando su contracción. Este relajamiento le da un
“respiro” a la piel, la cual aprovecha la ocasión para reparar el daño
(atenuación de líneas de expresión). Un ejemplo de estas arrugas son: líneas
del entrecejo, frente y "patas de gallo".
Existen
otro tipo de arrugas que se producen por la fuerza de gravedad, las líneas
“estáticas”, se forman principalmente en el tercio inferior del rostro. Un
ejemplo son los surcos nasogenianos, y las líneas de marioneta (comisuras
caídas). Estas líneas o surcos se rellenan con un material denso, como un
gel, que es el ácido hialurónico.
El
ácido hialurónico tiene 3 funciones: rellenar, hidratar profundamente y
estimular la producción de colágeno de la zona inyectada. Por lo tanto, al
aplicar ácido hialurónico estamos frenando el daño por un lado, rellenando y
regenerando la piel por otro.
Tanto
la toxina botulínica como el ácido hialurónico son tratamientos, que aplicados
en forma constante en el tiempo, logran detener el daño y reparar la piel
(dentro de ciertos límites).
El
Objetivo es mantener un rostro natural y mantener nuestra piel los más sana
posible en el transcurso de los años.
Dr.
Ignacio Galdós Barcia
Medicina
Oral y Estética Facial
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